Te obsesionaba la muerte
y un dia vino a tu encuentro
tu barca navegadora
quedó encallada en el cielo.
Tu cuerpo roto, cautivo
se vació de sentimientos
que se quedaron escritos
en las pàginas del tiempo.
Ellos, me dicen que yo
persigo tu pensamiento
en lo que a la muerte atañe,
sus espacios y sus tiempos.
¡Tiene tan veloz el paso,
nosotros, tan torpe y lento,
y es tan corto el corto espacio
que hay de principio al encuentro!
Quisiera que mi discurso
llegara a tu oscuro lecho,
y escucharas mi mensaje
de aficionado a maestro.
Nunca te venció la muerte,
la abrazaste, eso es cierto,
pero sigues con tu vida,
navegando con tus versos.
Y, con ellos seguirás
por el gran mar de los tiempos,
con tu barquita de nubes
con velas de viejos sueños.
Y en la "mañana calmada"
de la casa de los muertos,
un tenue "soy todavía"
florece sobre tus ecos.
Habitante de la paz:
cosechando ya tu tiempo,
te perdiste por la senda
que nunca tendrá regreso.
La noble tierra que amaste,
(la misma que amo y respeto),
ya te guarda en sus entrañas
en cálido abrazo eterno.
Nicanor López
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