14.2.14

EL SAUCE VIEJO






¿Por qué preguntas,  amor,
si aun estoy enamorado,
cuando sabes que es pecado
que el rosal no ame si flor?
¿Acaso cuando el dolor
arruga tu blanca frente,
no es mi alma la que siente
su amargo y negro sabor?
¿Por qué dudas vida mía,
si la luna es tu testigo
que cuando no estás conmigo
muero de melancolía?

Si aunque no haya muerto el día
juntos hallamos el alba,
no dudes que está mi alma
llena de amor todavía.
Quizá falte en tu razón
algún musical “Te quiero”
pero el amor si es sincero
no pregona su pasión,
se da con el corazón,
y el mío ya es tuyo entero.

Por eso no soy viajero
 que siga su propia senda,
ya que tu vida es mi hacienda,
tu camino es mi sendero.
Y si le pongo a tu andar
toda mi alma de alfombra,
que quiero que ni tu sombra
toque piedra al caminar.
que quiero llegar al mar
abrazado a tu cintura
sin dejar nube ni altura
que no podamos volar.

Ya ves, soy como el sauce viejo,
que amando tanto a la tierra
hasta sus ramas entierra
haciendo eterno el cortejo.
El tiempo ya dejó lejos
aquel amor desbocado,
pero hoy lo tienes doblado
de mi alma en sus espejos.
Ya ves como no ha arrancado
el tiempo mi sentimiento,
como nunca arranca el viento
el rosal que ha deshojado.

Si en mi amor nunca has hallado
ninguna puerta al dolor,
porque preguntas, amor,
si aun estoy enamorado.
         

             Nicanor López

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