Cuando
mi alma, desnuda y sin recursos,
decida
-insobornable- viajar al infinito
dejando
mi cuerpo amordazado
para
los abismos maternales de la tierra;
cuando
tu, sientas que te huyen los recuerdos
y
trates de amarrarlos con suspiros,
solo
mi amor perdurará sobre una rosa,
la
misma rosa que tú -inconsciente-
acercarás
a tus labios ya resecos.
Quizá
percibiras de nuevo mi llamada
y
desearas partir de nuevo hacia el encuentro,
allá
-donde ya eterno- te esperaré
siempre...siempre...siempre...
hasta
que halles la luz de mi cobijo.
Nicanor
López
No hay comentarios:
Publicar un comentario