Las nubes huyen del cielo,
la noche acorta su estancia
y el aire mezcla fragancias
de hierba, flores y sueños.
De ayer se vistió el invierno
y de hoy la primavera,
la savia corre ligera
buscando un ciclo en el tiempo.
El campo recibe el viento
vistiendo traje de fiesta,
y las flores se despiertan
en belleza compitiendo,
la margarita luciendo
sus galas de nieve y oro,
de roja sangre de toro
la rosa va apareciendo
y al mismo tiempo sintiendo
celos de la margarita,
quiere ser la más bonita
enamorada del viento.
Tenaz en su sentimiento
consiguió tanta belleza
que hasta el sol cuando la besa
deja un suspiro en el viento.
Hermosa por sentimiento,
tan bonita y tan coqueta
que aunque el viento la corteja
nunca será para el viento
que ya entro en el pensamiento
de aquella alma caprichosa
que al hallarla tan hermosa
se la llevó a su aposento.
Ya no la acaricia el viento,
el sol tampoco la besa
se muere sobre una mesa
de pena y aburrimiento.
Mientras en el campo el viento
juega con la margarita,
tan humilde, tan bonita,
tan limpia de sentimientos
que envejece con el tiempo
entre la hierba escondida.
Nicanor López
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