6.8.13

NO HUBO ROSAS


                                                                     A Miguel Hernández

 Un volcán en tu pecho, fuego y lava,
mariposas del infierno en tus entrañas
silenciosas y emblemáticas guadañas,
negra orilla de una senda que se acaba.

 Un volcán en tu pecho, no hubo rosas
que se abrieran al alba en tu camisa,
no hubo rosas, no fue al alba, no hubo brisa
para abrirte con poema fría losa.

 Un cortejo de ausencias, soledades,
de una España dolorida y temblorosa,
por senderos de silencio hallaste fosa,
por senderos de tu fosa libertades.

 Te perdiste por la senda del olvido
y te hallamos por caminos de la historia
peregrino de la luz de tu memoria
que encendieras con verso comprendido.

 Hoy tu cuerpo forma parte de la nada
polvo rojo en tierra roja, compañera,
negro vientre que solicito se abriera
para darte su calor de enamorada.

 Tierra roja, tierra negra, tierra amada,
que empapara de sudor tus jornaleros
y de lágrimas de sol niños yunteros
y de sangre el resplandor de la laborada.

 Tierra madre de tempranos olivares
que amamanta con el jugo de tus huesos
mientras notas de guitarra arrancan versos
de la fuerza y el calor de tus cantares.

   "Andaluces de Jaén
    aceituneros altivos
    decidme en el alma quién,
    quién levantó los olivos."

 Y te siento caminando entre olivares
cuando el aire trae a mi tu pensamiento,
y siento suspirar, dejando tu aliento
en las flores de naranjos y encinares.

Que eres parte de la nada, no, eso no es cierto
que tus versos dan al viento tu presencia
no te fuiste con tu vida hacia tu ausencia
no te fuiste Miguel, no, sólo estás muerto.

                               Nicanor López


   

1 comentario:

  1. Precioso, Nicanor, como siempre, como todos. Hoy me aparece Miguel por todos los lugares.....Está con nosotros.

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