Hoy percibí más que nunca
que tras la puerta cerrada de la abundancia
se abría otra puerta que se perfilaba
en su contorno blanca y dorada.
Lágrimas de nacar rodaron por tu cara
reflejos de los pensamientos más bellos
que habitan en lo más profundo del alma del mundo.
Eran destellos del más eterno amor
Ángel de doradas alas fuí.
que tras la puerta cerrada de la abundancia
se abría otra puerta que se perfilaba
en su contorno blanca y dorada.
Lágrimas de nacar rodaron por tu cara
reflejos de los pensamientos más bellos
que habitan en lo más profundo del alma del mundo.
Eran destellos del más eterno amor
Ángel de doradas alas fuí.
Rosa M. Vargas
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