De
apodo te llaman “chato”,
porque
de joven luchabas
y
a otros dejabas K.O.
Victorias
que tu guardabas.
Dì,
vagabundo del mundo,
qué
hallaste por los caminos.
Te
veo en la cueva dormido,
soñando
valles perdidos.
Una
faca en tu cintura
te
defiende de las penas.
Demuestran
tu desventura
el
pan duro y la botella.
Tu
espejo es blanco de luna
que
se refleja en el mar.
Tu
familia pasa hambruna
y
no quieres despertar.
Tus
zapatos están rotos;
se
entrevén los calcetines.
Las
uñas y dedos gordos
asoman
por los botines.
Un
rincón frente a la costa...,
Es
tu casa..., muy bien puesta.
Junto
a ti el fiel perro vela
los
paraísos que ensueñas.
¿Por
cuántos mares navegas
si
estás anclado en laTierra?
En
el cielo inmenso observas
mil
destinos y una estrella.
Joan Linares
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