Busco al ángel que vive en él.
No lo encuentro.
Dicen que hoy no puede bajar a la tierra.
Solo tú desde tu alta cumbre
puedes afinar los violines de su alma
por el viaje totalmente desacompasados.
A mi no me queda más que aceptar
que la partitura que estoy interpretando,
está dirigida por un gran maestro.
Saber que solo soy un instrumento
que se va modulando
por el transcurrir de la vida.
La vida que, siendo eterna,
solo está diseñada para madurar
y convertirme de pequeño pajarillo
en mirlo sutil.
Si no es así, todo carece de sentido.
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